viernes, 26 de noviembre de 2010

GRACIAS por todo. Hasta siempre, MAESTRO.

Salvador Arias 
Actor, director y profesor de interpretación y doblaje y escritor.

Ya no estás.
Todavía parece que, en cualquier momento, pueda volver a visitarte a esa escuela de artistas. Volver a traspasar esa vieja y maltrecha puerta de madera y reencontrarme con esos olores y sensaciones especiales que hacen recordar los buenos tiempos. 
La sala la inundan carpetas llenas de cientos de takes de películas, literatura y varios retales de grandes momentos pasados. Todo está intacto: el proyector, el micrófono y las sillas donde tantos y tantos alumnos hemos disfrutado aprendiendo de tus vivencias, tu sabiduría y -en otros muchos momentos- de tu gran sentido del humor.


Parece que puedo vislumbrar todavía tu silueta sentado en tu silla, tu mesa, con tu carpeta y lapicero en mano controlando hábilmente la interpretación y sincronía de cada take. Sin ningún fallo, fotograma por fotograma, eres sin duda "el pistolero más rápido del condado": Eso está largo, eso corto ¡coge referencias! El punto es punto, no lo dejes arriba.. ¡La última sílaba!, lo importante es la interpretación…
De cuando en cuando, también hay que dar el toque de atención a quien no respete la luz roja: Primero la enciendes para ver si se dan por aludidos pero... Parece que no. Luego se escucha: ¡La luz roja! 
Ahora sí, creo que veo cómo un
par de alumnos agachan la cabeza con la esperanza de que tú, de espaldas, no los veas. ¡Pobres ilusos!


Pero ya no estás. 
Ahora podrás comprobar si, como muchas veces y de forma muy simpática, te preguntabas si podrías estar equivocado y que tal vez sí existiera algo al otro lado. Y si te encuentras con el mandamás del sitio, si así fuera, te veo capaz de pedirle fuego para encenderte tu primer cigarrillo en el sitio, realizarle un juego de magia con una baraja de cartas, contarle tu particular 'Biblia en Verso' y después, sin duda, él te aplaudiría por tu magnífica adaptación e interpretación. Todos los que hemos tenido la suerte de conocerte nos hemos rendido ante tu genialidad, él no iba a ser menos.


Seguirás estando.
El legado que dejas es demasiado grande, nunca se perderá. No estará escrito en papel a modo de cientos de libros pero sí a través de toda una vida dedicada a la interpretación y al doblaje y, sobre todo, a través de tu queridos alumnos. 
Permanecerás en los corazones y en la esencia de muchos de nosotros para siempre porque el haber formado parte nuestras vidas ha hecho que éstas sean diferentes, no sólo a nivel profesional sino a nivel personal que es lo que importa y realmente prevalece.


Gracias a ti hemos encontrado conocimientos, ilusiones, experiencia, generosidad, ganas de luchar por lo que realmente queremos llegar a ser, grandes amistades y la posibilidad de reescribir nuestra propia existencia a través de ti y de la escuela.
Cada uno de tus alumnos hemos vivido nuestra historia particular en la que tu nombre está escrito a fuego en cada una de ellas y eso, amigo mío, es imborrable.



En unas escuetas líneas, quiero, no sólo expresar qué ha significado (y significará siempre) para mí Salvador ya que tuve la suerte de darle las gracias infinidad de veces y decirle, últimamente, cada vez que lo veía, todo lo que ha significado para mí no sólo en mi vida profesional sino en la personal. Él y la escuela han cambiado mi vida para mejor y para siempre.  Además, en este texto dedicado a mi MAESTRO, quiero expresar lo que se puede sentir en estos momentos tan difíciles. 

Para que conozcáis más sobre Salvador Arias, leer el reportaje que una querida compañera le ha dedicado en República.es y también acceder a salvadorarias.info.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

SE TE QUIERE Salvador , hasta siempre MAESTRO....
Carlos de Jaen

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